Nada sugiere que esta ciudad a primera vista corriente y sencilla, que no adquirió su actual aspecto arquitectónico hasta bien entrado el siglo XX, es una de las más antiguas de Europa. Sofía oculta celosamente sus antigüedades y guarda sus secretos. Pero el lema de su escudo: "Crece, pero no envejece" parece haber dado con la clave a la eterna juventud. Cuesta imaginar, por ejemplo, que bajo el asfalto o pavimento de las calles del centro de Sofía se escondan los vestigios de una civilización desconocida que existió hace siete milenios y que la ciudad fuera fundada por la tribu tracia de los sardos hace más de 2500 años.